La
diarrea no es una enfermedad en sí, sino un síntoma de un trastorno cuya
gravedad depende de la causa que lo origine. Se caracteriza por la evacuación
frecuente de heces acuosas, sin formar, lo que provoca una escasa absorción
de agua y elementos nutrientes. Puede ir o no acompañada de dolor, debilidad,
náuseas, vómitos, espasmos abdominales (retortijones), fiebre o pérdida
de apetito.
La
diarrea puede ser aguda o crónica. La primera, de aparición repentina,
suele durar 1-2 días, lo mismo con tratamiento que sin él. La segunda
puede prolongarse durante bastante tiempo, suele ser resultado de muchos
factores y a veces es síntoma de un trastorno más importante.
Etiología
Las
causas más importantes de la diarrea son las siguientes:
Ingestión de alimentos o agua contaminada
por gérmenes patógenos.
Siendo
el principal Escherichia coli seguido de Salmonella y Shigella,
Por ejemplo, los alimentos ingeridos hasta 3 días antes de la aparición
de la diarrea pueden provocar una intoxicación alimentarla que,
generalmente, se manifiesta también con vómitos y dolor
cólico. En el caso de la diarrea simple del viajero, ésta
es provocada por una descompensación de la flora bacteriana intestinal
debida a la ingestión de alimentos no habituales, lo que se conoce
como "transgresión dietética", o por el consumo
de alimentos o agua contaminados por infección bacteriana. Esta
diarrea suele ser benigna e ir acompañada de vómitos, fiebre,
tenesmo, calambres intestinales, heces sanguinolentas y moco. Está
causada por bacterias o por protozoos tipo Giardia.
Infección vírica intestinal.
Consumo de medicamentos.
Enfermedades crónicas.
Como colitis ulcerosa, diabetes mellitus, hipertiroidismo e
hipotiroidismo.
Alteración de origen psicógeno.
Los trastornos
caracterizados por una situación de tensión emocional pueden
provocar diarrea.
Malabsorción.
Deficiente absorción.
La
medicación o cirugía realizada anteriormente sobre el aparato
digestivo.
Gastrectomía, resección intestinal o vagotomía.