Lactancia Materna y Medicamentos I |
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La
Organización Mundial de la Salud considera la leche materna como
el alimento ideal para el recién nacido, gracias a los beneficios
que supone tanto para el niño como para la madre. Tanto es así,
que la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda la lactancia
materna exclusiva durante los 6 primeros meses de vida, incorporando progresivamente
alimentos apropiados durante los primeros 12 meses de vida. El mayor beneficio
que aporta la leche materna al recién nacido es la mayor protección
frente a enfermedades infecciosas; mientras que en la madre se observa
una menor pérdida de sangre posparto, una más rápida
involución uterina y recuperación del peso corporal, disminución
de la fertilidad y del cáncer de mama y ovario, y una probable
protección frente a osteoporosis y progresión hacia la obesidad.
Por
esta razón, cada vez son más los países que han incluido
en sus planes de salud un aumento del número de madres que amamantan
a sus hijos por lo menos hasta los 5-6 meses de vida, y por lo tanto,
aumenta el número de consultas de madres lactantes sobre el uso
de medicamentos y la idoneidad de interrumpir la lactancia materna, a
pesar del más que evidente efecto perjudicial que un destete prematuro
puede causar. A todo esto hay que sumarle el hecho de que no hay muchos
estudios sobre los efectos de los medicamentos en la lactancia.
En
esta página, intentamos profundizar un poco en este campo, para
explicar cuando está justificada la interrupción de la lactancia
materna si es necesaria la medicación en la madre y cuando puede
la madre tomar el medicamento prescrito, y seguir amamantando a su pequeño,
vigilándolo de cerca para detectar posibles reacciones adversas,
que si se presentan, debe comunicar a su médico o farmacéutico
antes de suspender el tratamiento (La comunicación, deberá
registrar el efecto adverso y la edad del bebé, junto al nombre
del principio activo y marca comercial del medicamento que está
tomando la madre, la dosis y la vía de administración, y
a ser posible, la determinación de la concentración del
mismo en la leche y en la sangre de la madre y del lactante en relación
con el tiempo de postingestión).
Obviamente,
la exposición del bebé al medicamento dependerá de
su concentración en la leche materna y de la cantidad de leche
consumida, y como la actividad farmacológica de los medicamentos
depende de su LADME (liberación absorción, distribución,
metabolismo y eliminación), cualquier motivo que altere la capacidad
de la madre para metabolizar o excretar el medicamento también
podrá dar lugar a una mayor exposición en el bebé.
Aunque
la mayoría de fármacos que se administran a la mujer durante
el periodo de lactancia no suelen causar problemas en el neonato, hay
tres preguntas básicas que se plantea toda madre: ¿pasará
la medicación a la leche materna?, y, si llega a la leche, ¿podrá
incidir de forma negativa en el niño?, y, ¿Afectará
la medicación a la producción de leche?.
¿Pasará
la Medicación a la Leche Materna?
La
madre debe saber que los medicamentos pasan del plasma a la leche materna
por difusión pasiva del medicamento no ionizado y no ligado a proteína
a través del endotelio capilar, los espacios extra celulares y
las membranas de las células alveolares mamarias, y que en los
primeros días posteriores al parto, estos espacios entre las células
alveolares mamarias son más espaciosos y hacen la leche más
permeable.
Igualmente,
la concentración plasmática materna de cada fármaco
depende de la dosis, frecuencia de administración, duración
del tratamiento, volumen de distribución y vía de administración,
y como el paso de los medicamentos a la leche está regulado, principalmente,
por las características fisicoquímicas de los mismos y por
las diferencias de pH entre plasma y leche. La medicación muy ligada
a proteína, con pesos moleculares grandes, poco solubles en lípidos
o que son ácidos débiles tienen dificultad para pasar a
la leche materna y, por tanto, son de elección en la madre durante
la lactancia.
Lógicamente,
el tomar medicamentos que pasen poco a la leche y que no tengan metabolitos
activos disminuirá la exposición del bebé a los mismo.
Por
último, la madre debe saber que el uso puntual o muy breve de medicamentos
contraindicados (como son por ejemplo contrastes radiológicos)
puede ser resuelto mediante una corta interrupción de la lactancia
y para ello, las madres deberán aprender a utilizar los succionadores
de leche.
Recomendaciones
Generales para minimizar el riesgo en los
lactantes por medicación materna |
Consideraciones
Generales |
-
Se
debe evitar la terapia farmacológica siempre que sea
posible.
-
Se deben usar medicamentos de aplicación tópica
siempre que sea posible.
-
Los
medicamentos que son seguros para los niños, por lo general,
también lo son para la madre.
-
La
medicación que es segura en el embarazo, no siempre lo
es en la lactancia.
-
Si
ha de tomar una única dosis, esta debe tomarse antes
del mayor intervalo de sueño del bebé.
-
Si ha de tomar varias dosis, debe amamantar al bebé justo
antes de tomarlo.
|
¿Repercutirá
en el Lactante?
La
respuesta a esta gran duda, la puede resolver la madre haciéndose
otras dos más sencillas, como son:
1.
¿Es un medicamento que se le administra a los niños de
esa edad?
Si la respuesta es afirmativa (Febrectal, Apiretal, Dalsy, Junifen),
entonces probablemente será seguro para la madre y el bebé.
2.
¿Es
de ingestión / absorción oral?
Si la respuesta es negativa (heparina, insulina, supositorios, cremas),
entonces probablemente será seguro para la madre y el bebé.
Si
el medicamento no está englobado dentro de estas dos preguntas,
entonces deberá consultar con su médico o farmacéutico.
Fármacos
Contraindicados durante la Lactancia Materna |
-
Azatioprina,
ciclofosfamida, doxorubicina, cisplatino, etc.
-
Andrógenos, yodo radioactivo, metamizol.
-
Anfetaminas,
litio.
-
Amiodarona,
ergotamina, cloranfenicol, metronidazol, tinidazol, tinidazol.
Fecha
última Inserción/Actualización: 17/04/2013
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