Las Enfermedades Infecciosas II |
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Mecanismos
de defensa del organismo
Determinan, según sea su respuesta, si la enfermedad infecciosa
va a desarrollarse o no, en el primer caso, son también los responsables
de dar la voz de alarma mediante las consiguientes reacciones orgánicas.
Los mecanismos de defensa se clasifican en dos grandes grupos:
Las
Barreras Naturales
La
Piel
Efectividad absoluta, excepto en caso de que exista o se produzca lesión
o traumatismo.
Las
Mucosas Respiratorias
Los microorganismos inhalados se expulsan gracias a las mucosas
traqueobronquiales y a la tos; si además se produce una inflamación
pulmonar, se pone en funcionamiento una cadena defensiva formada por
neutrófilos y monocitos, especialmente eficaz si también
se desatan mecanismos inmunes. Aún así, las defensas de
estas mucosas pueden verse superadas por factores ambientales (polución,
tabaco...)
Las
Mucosas Intestinales
Las barreras naturales del intestino son el pH del estómago y
la actividad antibacteriana de las enzimas pancreáticas y de
la bilis. Si estas se alteran, el organismo tiene una predisposición
especial a padecer infecciones.
Las
Mucosas Urinarias
La longitud de la uretra es la defensa masculina por excelencia,
mientras que la femenina es el nivel correcto de pH vaginal. Por otra
parte, la sustancia renal es en sí misma un ambiente hostil para
los microorganismos
La
Respuesta Inmune
La
Fiebre El aumento de temperatura es el síntoma más
evidente de una infección aguda, y es consecuencia de la producción
de citocinas (interleucinas y otras) por parte del organismo, sustancias
estimuladas por la presencia de cualquier microorganismo invasor.
La
Inflamación Internamente hace de indicador del sistema
inmunitario, activando el desplazamiento de las células neutrófilas
y macrófagas hasta el punto concreto del cuerpo en que se ha
producido la infección, para contener los microorganismos. A
nivel superficial, se caracteriza por un aumento del suministro sanguíneo
y de la permeabilidad vascular.
Los
Anticuerpos Son inmunoglobulinas (Ig, glucoproteínas)
que, fabricadas por células plasmáticas y por los linfocitos
tipo B, circulan por el torrente sanguíneo y actúan destruyendo
las células perjudiciales que puedan encontrarse en el organismo
(respuesta a un antígeno), por si mismas o con la contribución
de monocitos macrófagos.
Fecha
última Inserción/Actualización: 17/04/2013
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