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Como hemos dicho, el hipo puede ser resultado de una gran cantidad de entidades clínicas. Si se descubre la etiología, el abordaje terapéutico debe dirigirse hacia ella.

Si la causa se desconoce, como ocurre en general es un principio, puede ensayarse diversas medidas tanto farmacológicas como no farmacológicas.

Entre las medidas no farmacológicas, disponemos de una larga serie de remedios populares y maniobras terapéuticas, soluciones que tienen, en el fondo, una base fisiológica:

  • Realizar una apnea (aguantar la respiración) o respirar en una bolsa de papel, aumenta la concentración de CO2, y se ha comprobado que esto inhibe el hipo.

  • La estimulación vagal se consigue bebiendo agua repetidamente, tragando pan seco o tostado, hielo picado o azúcar granulada, al igual que traccionar la lengua o frotar la úvula (campanilla) con un bastoncillo.

  • También podemos realizar una presión digital sobre los globos oculares o, sobre los nervios frénicos, por detrás de las articulaciones esternoclaviculares. (Estas maniobras deben ser realizadas por personal especializado). .

En los niños pequeños se les puede dar agua tibia para que expulsen los gases del estómago.

En los mayorcitos se les puede enseñar a retener la respiración durante un periodo largo, con lo cual habitualmente el hipo desaparece.

También existe la posibilidad de que el médico le prescriba tratamiento farmacológico.

No olvide nunca que si el hipo persiste más de 48 horas, debe consultar con su médico para valorar la posibilidad que sea originado por alguna patología subyacente.

Fecha última Inserción/Actualización: 17/04/2013

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