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Síntomas y Tratamiento volver

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Síntomas


El dolor se localiza en la región del hombro y aparece con algunos movimientos del brazo, mientras que con otros es poco importante o ausente. Suele ser mayor durante la noche, sobre todo al dormir sobre el hombro, y mejora después de moverlo suavemente. Generalmente produce poca limitación, aunque la presencia del dolor impide a los pacientes realizar algunos movimientos. En ocasiones el dolor es muy intenso y agudo y se acompaña de una pérdida casi completa de la movilidad del brazo. Cuando la enfermedad ha durado mucho tiempo, o no ha tenido un tratamiento correcto, o si el paciente tiene además otras enfermedades, puede aparecer un "hombro congelado" que se caracteriza, además del dolor, por una disminución de los movimientos en todas las direcciones.

Habitualmente el diagnóstico es sencillo, ya que los síntomas son claros. El médico confirma que el dolor se produce realmente en el hombro con una simple exploración del brazo, en la que localiza las zonas de dolor, las posturas que lo producen y si existe disminución de movimientos. La radiografía suele ser de poca ayuda, por lo que puede no solicitarse, sobre todo si la evolución es buena. No es necesaria la realización de análisis ni otras pruebas a menos que el paciente no responda al tratamiento, en cuyo caso el médico recurrirá a exploraciones más complejas para identificar la causa del dolor y elegir el tratamiento correcto.

Tratamiento

Es importante mantener la articulación en reposo, evitando los esfuerzos y los movimientos que desencadenan el dolor, pero nunca hay que inmovilizarla completamente con vendajes o escayolas. la aplicación de calor o frío en la zona dolorosa puede ser útil en algunos casos. El uso de calmantes (analgésicos o antiinflamatorios) ayuda a controlar el dolor, principalmente el nocturno, y facilita los movimientos de¡ brazo, lo que ayuda durante la rehabilitación. El empleo de electroterapia (ultrasonidos, infrarrojos, ...) puede ser muy eficaz antes de que el paciente empiece los ejercidos y siempre sin provocar dolor.

Se obtiene una gran mejoría con la inyección de una mezcla de esteroides y anestésicos directamente en la zona lesionada. Es frecuente que el dolor mejore mucho o desaparezca durante un pequeño espacio de tiempo después de la infiltración, lo que ayuda al médico a confirmar su diagnóstico. Las infiltraciones se pueden repetir 3 ó 4 veces, separadas 1 ó 2 semanas. Si después de ese tiempo persisten los síntomas, es dudoso que nuevas inyecciones ayuden al paciente. Después de las inyecciones hay que evitar hacer movimientos bruscos o esfuerzos, ya que se pueden producir roturas de tendones o ligamentos. Cuando con las medidas anteriores no hay mejoría se recurre a la cirugía para reparar las estructuras dañadas.

Evitar Recurrencias

Cuando los síntomas son leves es suficiente con evitar los factores que producen el dolor: dormir con los brazos encima de la cabeza, movimientos repetidos del hombro con el codo alejado del cuerpo sin apoyarlo, trabajar con los brazos encima de la cabeza, forzar el hombro hacia atrás en vez de mover el cuerpo entero, o coger objetos del asiento posterior del coche y utilizar el hombro como una articulación de carga. Hay que evitar deportes o ejercicios violentos para el hombro, como el tenis, la natación o la gimnasia. Hay que aprender a vestirse y desvestirse sin provocar el dolor.

Cuando el dolor es menos intenso y se evitan los movimientos que originan el dolor, hay que empezar con un programa de ejercicios de rehabilitación para evitar que el hombro pierda movilidad y que vuelvan a aparecer los síntomas. Dependiendo de la causa del dolor, existen unos ejercidos indicados que serán recomendados por el médico o el fisioterapeuta. Los ejercicios hay que realizarlos de manera progresiva, siempre sin forzar y sin provocar el dolor. Es suficiente con realizarlos durante 5-10 minutos y 2 veces al día y es conveniente continuarlos durante varias semanas después de que el dolor haya desaparecido.

Fecha última Inserción/Actualización: 17/04/2013

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