A
la anorexia y la bulimia se suma ahora un nuevo trastorno alimentario:
La Ortorexia, osea, la obsesión por comer sano. Irónicamente,
quienes la padecen viven tan pendientes de su dieta que acaban negándose
el placer de comer y convirtiéndose en esclavos de una alimentación
restrictiva y desequilibrada.
La
ortorexia es, sin duda, un reflejo más de la obsesión de
la sociedad actual por la imagen, la salud y la estética. De hecho,
es un trastorno casi de moda en Hollywood, donde muchos actores ostentan
su "elitismo alimentario" y su rechazo a todo lo que no sea
natural, biológico o bajo en calorías.
Querer
comer sano es, en principio, una excelente resolución, pero cuando
esta idea se convierte en obsesión puede llegar a ser tan nefasta
como las restricciones o excesos alimentarios. Por ello, los especialistas
médicos no han dudado en relacionarla con trastornos alimenticios
como la anorexia y la bulimia. De hecho, muchas de las personas que sufren
ortorexia han padecido anteriormente alguno de estos trastornos.
Igual
que en la anorexia o la bulimia, la comida domina la vida de quien padece
ortorexia. Es a la vez el máximo placer y el mayor castigo. El
ortoréxico come, pero controla absolutamente todo lo que pasará
a formar parte de su cuerpo: ingredientes, aditivos, calorías,
elaboración y formas de cocción de los alimentos. Todo tiene
que ser natural y "sano" lo que supone grandes restricciones
y sacrificios. Para un ortoréxico comerse una hamburguesa o un
simple bocadillo puede ser un autentico pecado.
Obsesión
por la Calidad
En
términos médicos la ortorexia se define como la obsesión
patológica por la comida sana. Mientras que la anorexia neviosa
y la bulimia son trastornos alimentarios que giran en torno a la cantidad
de comida, en la ortorexia lo que importa es la calidad.
El
"padre" de este término es el médico norteamericano
Steve Bratman, quien lo empleo para diagnosticarse a
sí mismo el trastorno que sufria. Bratman también es autor
del libro " Health Food Junkies ", en el que denuncia este trastorno,
habla de sus causas y del modo de combatirlo.
Según
Bratman, el problema aparece cuando de querer hacer una dieta sana se
pasa a un régimen draconiano en el que se suprimen alimentos básicos
y se caen en ayunos para compensar los excesos de haber comido alimentos
prohibidos.
Los
ortoréxicos suelen rechazar las carnes, las grasas, alimentos enlatados,
manufacturados, cafeína y cualquier sustancia artificial. Ellos
pretenden alimentarse a base de alimentos biológicos, crudos o
cocidos, frutas y verduras. Las vitaminas y el agua son fundamentales
en su dieta.
El
perfil del ortoréxico es el de una persona obsesivo-compulsiva,
rígida, estricta y muy exigente consigo mismo. La mayoría
de quienes padecen este trastorno son mujeres. Según especifica
el doctor Bratman es su libro, este trastorno afecta sobre todo a personas
vegetarianas, macrobióticas, crudistas y frutistas.
El
peligro de una dieta demasiado saludable
Un
ortoréxico lleva tan a rajatabla su dieta que comer con
otras personas o fuera de casa puede convertirse en un gran problema.
Prefieren pasar hambre antes que comer alimentos impuros y acaba dejando
de ir a casa de familiares o amigos por lo que le puedan dar de comer.
Son los mayores consumidores de productos dietéticos, biológicos
, integrales, sin grasas y los restaurantes vegetarianos, japoneses o
macrobióticos suelen ser sus preferidos.
Este
radicalismo respecto a la alimentación puede acabar acarreando
graves problemas de salud a quienes se obsesionan con ello. Las mujeres
que sufren ortorexia, igual que las anoréxicas, están muy
delgadas, casi demacradas por el déficit calórico, pierden
la menstruación, se les estropea el cabello, pueden sufrir anemia,
desnutrición, problemas renales, osteoporosis, depresión,
enfermedades psicológicas y aislamiento social.
Como
saber si sufres ortorexia
Aunque
no está lo suficientemente contrastado, existen algunos síntomas
que permiten identificar a una persona ortoréxica.
-Pasa más de 3 horas al día pensando en su dieta sana.
-Se preocupa más de la calidad de los alimentos que del placer
de comerlos.
-A medida que aumenta la calidad de su alimentación disminuye
su calidad de vida.
-Se siente culpable cuando se salta sus convicciones dietéticas.
-Le aísla socialmente su manera de comer.
-Planifica lo que va a comer al día siguiente.
-Gasta mucho dinero en productos dietéticamente sanos.
-Evita comidas con las que antes disfrutaba.
-Critica o desprecia a quienes no comen tan saludablemente como ellos.
-Son muy exigentes consigo mismos.
Si
te identificas con más de 4 de estas afirmaciones debes plantearte
la posibilidad de que tu dieta no es adecuada, y tal vez necesites la
ayuda de un profesional.
Dónde
buscar ayuda
El
tratamiento de la ortorexia no está definitivo, ya que se trata
de un trastorno relativamente reciente. En todo caso, la solución
pasa por terapia psicológica y la reeducación nutricional.
Así,
los dos especialistas a los que debes acudir son el psicólogo y
el nutricionista, aunque el primer paso puede ser ir al médico
de familia para que te oriente.
Fuente:
Comité Científico y saludmania.com