Etiología
El
vértigo es un síntoma inespecífico, frecuente e incapacitante,
que se manifiesta en diversos trastornos de varios sistemas:
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Aparato
vestibular:
cinetosis, laberintitos, otitis media, aguda o crónica, vértigo
potencial paroxístico, neuronitas vestibular.
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Cardiovasculares:
arteriosclerosis con compromiso del tronco basilar o de las arterias vestibulares
periféricas.
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Neurológicas:
tumor cerebral o cerebroso, esclerosis múltiple, lesiones del ángulo
pontocerebeloso. Hipertensión intracraneal, etc.
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Oculares:
defecto de refracción, desequilibrio muscular, glaucoma, etc.
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Metabólicas:
hipoglucemia, hipotiroidismo, intoxicaciones, etc.
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Cervical:
artrosis de la columna cervical.
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Psicológicas:
estrés, tensión, estados depresivos, etc.
Clasificación
El
criterio más empleado para la clasificación de los vértigos
es el basado en el origen de la lesión que lo produce. En función
de este parámetro, se pueden distinguir dos grandes grupos: síndromes
periféricos y síndromes centrales.
Vértigos
Periféricos
Son
aquellos cuya causa se localiza en el oído medio, laberinto coclear
y octavo par craneal; se trata, por tanto, de procesos otoneurológicos.
En este grupo de encuentran:
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Vértigo
Posicional Benigno (VPB): se caracteriza por la aparición
de cuadros agudos muy intensos, pero de muy corta duración (escasamente
unos segundos) que aparecen tras un determinado cambio postural o giro
de cabeza. Los síntomas principales son mareos, aturdimiento y
nauseas, no apareciendo nunca ni perturbaciones auditivas ni pérdidas
de audición. Las crisis del VPB son autolimitantes, normalmente,
desaparecerán en pocas semanas, pero pueden presentarse brotes
recidivantes meses o años más tarde.
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Síndrome
de Ménière: enfermedad crónica que
suele manifestarse con ataques paroxísticos y recurrentes de vértigo
rotatorio u horizontal, con sensación de opresión en los
oídos, acufenos e hipoacusia. La duración del cuadro agudo
puede ir desde varios minutos a una o dos horas, y entre un ataque y otro
persiste una cierta inestabilidad al caminar. Esta inestabilidad y la
falta de audición hacen que este síndrome sea incapacitante
para el individuo afectado.
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Neuronitas
Vestibular: es un síndrome clínico que se
caracteriza por un ataque prolongado de vértigo protatorio horizontal
con mareos, náuseas y vómitos, pero sin acufenos ni hipoacusia.
La sintomatología empeora con los movimientos de cabeza o los cambios
de posición, y mejora sensiblemente cuando la persona que lo sufre
logra fijar la mirada en un punto concreto. Con frecuencia, se considera
de etiología viral y, a menudo, sigue un patrón epidémico
de aparición. Suele durar entre unos días y unas pocas semanas,
y cede espontáneamente, aunque son normales las recidivas.
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Laberintitis:
el origen del vértigo es una inflamación del laberinto coclear
por causas normalmente infecciosas (bacterianas o víricas) los
síntomas característicos del vértigo se presentan
asociados con otros signos propios de un proceso infeccioso: cefalea,
fiebre, etc.
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Fístula
Perilinfáticas: el vértigo aparece secundariamente
a lesiones traumáticas (tos, estornudos, etc.) o tras cambios bruscos
de presión (buceo, cambios de altitud en poco tiempo, etc) aparentemente,
se presentan como un vértigo posicional acompañado de pérdida
de audición que suele ser variable; dura unos días y remite
espontáneamente.
Vértigos
Centrales
Son propiamente neurológicos
y se incluyen e este grupo aquellas cuya causa se localiza en zonas de
la región bulbar o en otras zonas cerebrales.
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Vértigos
Secundarios a Anfermedad Vascular: en este caso, las crisis
del vértigo aparecen asociadas a lesiones cerebrales (isquemia
cerebral transitoria, síndrome de Wallemberg, hemorragias o infartos
cerebelosos, etc) por lo que la sintomatología característica
va acompañada de alteraciones en el habla, ataxia, entumecimiento
facial, disfagia, dipoplía, disartria, hemiparesia, imposibilidad
de caminar o permanecer de pie, dolor de cabeza agudo, etc.
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Vértigo
Secundario a Tumores: es característica la aparición
de vértigos progresivos acompañados de vómito, sintomatología
nerviosa focal, ataxia, cefaleas intensas, hipoacusia o alteraciones de
la visión.
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Migraña
Basilar: en estos casos, la sensación de vértigo
va acompañada siempre de dolores de cabeza intenso y pulsátil
de horas de duración, deficiencias visuales y alteraciones sensitivas
y/o del nivel de conciencia.
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Vértigos
Secundarios a Esclerosis Múltiples: si bien aparecen
en algo más del 10% de los casos, raramente tienen lugar en fases
tempranas.
Vértigos
Sistémicos o Asociados a Medicamentos o S. Tóxicas
Algunos
de los principios que más frecuentemente se han descrito como agentes
causales de crisis de vértigo son: anticonvulsionantes, benzodiacepinas,
etanol, drogas alucinógenas, salicilatos, aminoglucósidos,
cloroquina, etc.